Advertencia: si usted es paranoico o teme a la rebelión de la máquinas, no lea esto.
En este momento, algo no hay que perder de vista la Internet de las cosas, o más claramente la interconexión digital de objetos cotidianos con internet. Concretamente, es el punto en el tiempo en el que se conectarán a internet más “objetos” que personas, y no falta mucho.
Por ejemplo, si los libros, termostatos, heladeras, lámparas, botiquines, partes automotrices, etc. estuvieran conectados a internet y equipados con dispositivos de identificación, no existirían, en teoría, cosas fuera de stock o medicinas faltantes o caducadas, sabríamos exactamente la ubicación y cómo se consumen y compran productos en todo el mundo; el extravío sería cosa del pasado y sabríamos qué está encendido o apagado en todo momento.
Por lo que a mi respecta, me parece fascinante y no veo la hora de que llegue al sur del sur a un precio accesible 🙂